lunes, 3 de octubre de 2011

EL DIALOGO

LA ESENCIA DEL DIALOGO

Un buen dialogo se puede llevar a cabo con la combinación acertada de tres elementos fundamentales en la comunicación que son escucha atenta, habla adecuada, oportunos silencios, estos tres elementos combinados producen un dialogo equilibrado y maduro

Saber hablar es un arte que implica saber escuchar, estando atento a lo que el interlocutor pronuncia es un ejercicio que exige esfuerzo sensibilidad y sabiduría


SABER ESCUHAR


Es una habilidad muy difícil de encontrar y de desarrollar que la de ser un buen comunicador pero proporciona más autoridad e influencia que esta ultima el saber escuchar trae beneficios tales como elevar la autoestima del que habla, pues le permite sentir que lo que dice es importante para el que lo escucha y, con esto, la comunicación y la interrelación se hacen más fluidas, respetuosas y agradables.


HABLA ADECUADA

La palabra es lo más precioso y poderoso que tenemos los seres humanos ya que podemos hacer cosas como intercomunicarnos e enriquecernos psicológicamente de manera satisfactoria pero tambien podemos destruir o que nos ha llevado mucho tiempo edificar por eso hay que saberla utilizar.

Es vital en cualquier dialogo que digamos las palabras precisas en el momento más oportuno y cuidemos los silencios, siempre atentos para que la palabra del interlocutor pueda llegar hasta nosotros y resulte beneficiosas.


SILENCIOS

No hay que precipitarse a hablar ya que desbaratamos todo y pocas veces la conversación se convierte en monologa  hay que saber conjugar los silencios y las palabras esto es el arte del dialogo.
El silencio no es simplemente callar. Es saber añadir a ese callar un plus de  atención y de receptividad. El silencio respetuoso y acogedor implica saber  adentrarse en el interior del otro y comprender su problema. Es una actitud  terapéutica que siempre resulta muy útil tanto para el que la ejercita como para el que recibe su beneficiosa influencia

El PODER DE LA SONRISA



La sonrisa es una verdadera fuerza vital, la única capaz de mover lo inconmovible. Tiene una potencia tal que incluso puede ayudar a mermar o a desaparecer en algunos casos los efectos negativos de nuestros errores o equivocaciones. Una sonrisa tiene valor desde el comienzo en que se da; si cree que a usted la sonrisa no le aporta nada, sea generoso y dé la suya, porque nadie tiene tanta necesidad de la sonrisa como quién no sabe sonreír. La sonrisa es ni más ni menos la luz de nuestro rostro, la que nos abre muchas puertas, la que genera actitudes positivas y la que nos alisa el camino para llegar a los demás.

La sonrisa tiene un efecto multiplicador en cualquier tipo de actividad que desarrollemos. Siempre, nuestra sonrisa, debe ser natural, y nada fingida; esta actitud positiva nos beneficia en nuestras relaciones con los demás.

Una sonrisa enriquece a quien la recibe sin empobrecer a quien la ofrece, y aunque muchas veces podrá durar sólo un segundo, su recuerdo en ocasiones nunca se borrará.